Serbia conmemora diez años de bombardeos de la OTAN con sirenas antiaéreas

AGENCIA EFE 24/03/2009 13:56

El Gobierno serbio conmemoró este aniversario con una sesión extraordinaria en Belgrado que comenzó con un minuto de silencio en memoria de los fallecidos en los bombardeos, que duraron 78 días.

El primer ministro serbio, Mirko Cvetkovic, manifestó que "el bombardeo tuvo consecuencias dañinas para Serbia, la región y las relaciones políticas en el mundo" y agregó que "Serbia no puede olvidar esos días trágicos".

"Por el futuro de nuestros hijos, no podemos permitir nunca que se repita algo así. Nos obligan a eso las víctimas, el pasado y el futuro", agregó el político reformista.

Al mediodía de hoy, varios ministros serbios colocaron ofrendas florales en distintas zonas del país afectadas por las bombas y en monumentos a las víctimas en Belgrado y otras ciudades como Aleksinac y Nis.

También en las empresas, escuelas y los principales lugares públicos se rindió hoy homenaje a las víctimas con un minuto de silencio.

Los bombardeos comenzaron el 24 de marzo de 1999 tras una supuesta matanza serbia en Racak (Kosovo) y el fracaso de las negociaciones en Rambouillet (Francia) entre Serbia, entonces bajo el autoritario líder Slobodan Milosevic, y la cúpula albano-kosovar.

La campaña aérea de la OTAN no contó con el visto bueno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Mientras que en Serbia -donde el sentimiento antioccidental sigue siendo fuerte- se suele calificar de crimen de guerra, los albano-kosovares la ven como el principio del fin de la dominación serbia en Kosovo.

Como consecuencia de los bombardeos, Milosevic se vio forzado a retirar todas sus fuerzas de Kosovo, mientras que unos 200.000 civiles serbios residentes en esa provincia fueron expulsados por los albano-kosovares.

Después de nueve años de administración internacional, el ex líder guerrillero y ahora primer ministro kosovar, Hashim Thaci, proclamó en febrero del año pasado la independencia unilateral de Kosovo, que Serbia no reconoce y rechaza con vehemencia.

Sólo 56 países han reconocido desde entonces la soberanía kosovar, entre ellos las principales potencias occidentales, aunque no España, Brasil, India, Rusia y China.

Según las autoridades serbias, en los bombardeos murieron unos mil miembros de la policía y del ejército, y unos 2.500 civiles, entre ellos 89 niños, y resultaron heridas 12.500 personas.

Otras organizaciones, como la no gubernamental Human Rights Watch, sitúan el número de muertos civiles en medio millar.

Las bombas de la Alianza Atlántica destruyeron en total 148 viviendas y 62 puentes, mientras que unas 300 escuelas, hospitales y otros edificios fueron dañados seriamente, al igual que 176 monumentos históricos.

Además, un tercio de la capacidad eléctrica del país y dos refinerías fueron destruidas.

En total, los daños materiales causados en Serbia ascienden a unos estimados 30.000 millones de dólares, y las secuelas de la guerra siguen visibles en varias ciudades del país balcánico.

Todavía persiste el peligro de municiones de racimo y con uranio empobrecido, lo que hace imposible evaluar los efectos a largo plazo sobre la salud pública.

Snezana Stanojevic