En su discurso del acto de investidura de la alcaldesa Ada Colau (Bcomú), a la que ha felicitado por ser la más votada, ha prometido hacer esa oposición buscando complicidades y diálogo "con todos, piensen o no igual", porque el diálogo es el instrumento básico de la democracia, por lo que criticarán lo contrario: a quienes defienden la crispación y hasta la violencia, ha dicho.
Ha recordado que su mandato empezó hace cuatro años con una grave crisis pero ha acabado con finanzas saneadas, con paro elevado pero en descenso, con más actividad económica y con un presupuesto social que ha crecido un 43% estos años.
El alcalde saliente ha pedido para este mandato potenciar el parque público de vivienda de alquiler a precio asequible --"os hemos dejado el dinero"--, una ciudad solvente sin haber déficit, una ciudad inclusiva, urbanismo de calidad y con espacio para el peatón, una economía diversificada y proyección internacional --también diversificada--.
"Si nos frenamos, seremos tremendamente críticos", ha advertido, y ha acabado pidiendo que Barcelona ejerza la capitalidad con más fuerza que nunca, poniéndose al frente del derecho a decidir que piden los catalanes.