La violencia maoísta empaña con 18 muertos el arranque de los comicios indios

AGENCIA EFE 16/04/2009 16:34

Decenas de miles de agentes y funcionarios, según la agencia IANS, se desplegaron para vigilar las urnas, a las que hoy estaban llamados 143,1 millones de indios de 15 estados y dos pequeños territorios de la Unión.

En la primera jornada del proceso electoral, que se alargará durante casi un mes, se dirimen 124 de los 543 escaños del Parlamento indio, aunque el resultado no se conocerá hasta el 16 de mayo.

Pero la guerrilla maoísta, que había amenazado con "cortar las manos" a los ciudadanos que se atrevieran a votar, protagonizó dos atentados, tiroteos con agentes y ataques a colegios electorales en el llamado "cinturón rojo", una franja de territorio en el centro y el este de la India donde los rebeldes tienen una fuerte presencia.

En la zona de Latehar, situada en el depauperado estado de Jharkhand -que registraba una participación del 28,5 por ciento tras las seis primeras horas de votación-, una mina explotó al paso de un autobús y acabó con la vida de un conductor, un asistente y siete miembros de la guardia de control de fronteras, según una fuente policial citada por las agencias indias.

Cinco funcionarios desplegados para supervisar la votación murieron también a causa de la explosión de una mina colocada por los maoístas en el vecino estado de Chhattisgarh, que hoy celebró su primera y única jornada electoral con una participación en las dos primeras horas del 20 por ciento, según una estimación oficial.

En un distrito de la misma región, Dantewada, los maoístas atacaron un colegio electoral y acabaron con la vida de dos agentes del cuerpo que habitualmente lleva a cabo operaciones contra los rebeldes, dijo la policía a la agencia PTI.

Y en un asalto similar, un guardia de seguridad y un policía murieron por disparos de una decena de maoístas en el distrito de Gaya, situado en el norteño estado de Bihar, donde casi un 50 por ciento de los electores acudieron a las urnas en esta primera jornada.

También en el estado oriental de Orissa los rebeldes incendiaron máquinas de voto electrónico y vehículos, pese a lo cual no se registraron víctimas mortales y el 40 por ciento del electorado que debía acudir a la cita electoral depositó su voto en las primeras horas.

Desde que protagonizó una revuelta contra las fuerzas de seguridad en la aldea bengalí de Naxalbari en 1967, la guerrilla ha intentado poner la democracia india contra las cuerdas con boicoteos electorales y ataques constantes contra las fuerzas del orden.

Los 'naxalitas', que luchan por una revolución agraria de corte comunista, controlan varias zonas del depauperado centro y este indios, donde tienen numerosos campos de entrenamiento y buscan el apoyo del campesinado.

"La violencia maoísta es un serio reto para el país", admitió a IANS un portavoz del gobernante Partido del Congreso, Ashwini Kumar.

"El problema naxalita se ha extendido en los últimos cinco años (de Gobierno del Partido del Congreso) a áreas que antes estaban fuera del alcance del movimiento", contraatacó Sindhart Nath Singh, portavoz de la otra fuerza nacional, el opositor Bharatiya Janata Party (BJP).

Hoy también se votó en una parte de Cachemira, con un 45 por ciento de participación en las primeras horas de votación y algunos choques entre seguidores de partidos rivales, según dijo un portavoz del Gobierno regional a IANS.

Los datos de participación fueron más altos en varios estados del conflictivo nordeste -Manipur con un 60 por ciento, Nagaland con un 40- y del sur, como Kerala, el primer estado indio que consiguió la alfabetización total de sus habitantes, que en las primeras tres horas registró una asistencia de votantes del 20 por ciento.

Se votó además en regiones decisivas como la sureña Andhra, que también celebra comicios al Parlamento regional, y donde la destrucción de material electoral llevó a las autoridades a ordenar repetir la votación en 17 colegios.

En otra región clave, la norteña y poblada Uttar, se registró un 17 por ciento de participación en las primeras horas, mientras que en el estado oriental de Maharashtra -cuya capital es Bombay-, no hubo incidentes durante la votación, según las autoridades.

La India aún tiene por delante otras cuatro jornadas electorales, la última de ellas el 13 de mayo, durante las cuales el resto de los 714 millones de ciudadanos llamados a las urnas deben emitir un veredicto sobre el futuro del Gobierno de su país.

Luchan por el poder el histórico Partido del Congreso y el hinduista BJP, aunque los expertos vaticinan unos comicios reñidos y dan la llave del Gobierno a quien sepa negociar una coalición con los numerosos partidos regionales y de castas.