Por descontado, los productos de limpieza forman parte de los recuerdos que uno se lleva de los hoteles. El problema es cuando se va más allá. Según cuenta una empresaria hotelera "arrancan hasta las máscaras de las paredes. Se llevan las plantas del jardín con maceta o sin maceta. Todo lo que pueden".
Muchos deben optar por redecorar su casa con los objetos de los hoteles. Cuadros, lámparas y algunos se ahorran hasta comprar la cuna para su hijo.
El personal de limpieza es el primero que se da cuenta de lo que falta. Los establecimientos pueden intentar recuperar las cosas, contactar con el cliente y reclamarle que devuelva lo robado o abone la cantidad correspondiente, aunque esto no siempre se hace.
En las cuentas de los hoteles ya se incluyen las pérdidas económicas que conllevan estos hurtos. El estudio sólo incluye a los turistas españoles, pero habría que ver si es una costumbre extendida. Una cosa es segura, aquí arrasamos con todo. MLS