Un profesor de 27 años es el Cristo de la Pasión Viviente de Balmaseda: "La cruz pesa 15 kilos más que yo y la llevaré durante cuatro horas"

  • "No me afeito desde que hace un año me lo dijeron", dice Jon Ortiz de Vallejuelo

  • A sus 27 años encarnará a Jesucristo por segunda vez en su vida: con 12 años lo hizo en la procesión infantil

  • La Pasión Viviente de Balmaseda se representa desde finales del Siglo XIX

Estos días en Balmaseda proliferan las largas melenas y las barbas pobladas. No es que este municipio de Vizcaya se haya llenado de hipsters, sino más bien de actores amateurs dispuestos a meterse en la piel de los protagonistas de la Pasión Viviente. “Solo hace falta darse una vuelta por el pueblo para saber quién sale en la procesión y quién no”, dice Jon Ortiz de Vallejuelo que este año encarna a Jesucristo en la Pasión Viviente.

Este profesor de primaria en la vecina localidad de Zalla (Vizcaya) compatibiliza, desde hace meses, su labor profesional con los ensayos para interpretar el personaje principal del Vía Crucis. A sus 27 años, será Jesús y para ello, ha tenido, entre otras cosas, que cambiar su aspecto físico: “No me afeito desde que hace un año me dijeron que sería Jesucristo”. El pelo largo a este vizcaíno le viene de serie, “siempre lo he llevado así”. El resto de cambios los ha experimentado más a nivel interior.

Los ensayos arrancaron a principios de noviembre, desde hace tres meses se repiten tres veces por semana y en las últimas fechas el ritmo se intensifica a ensayos diarios. Hay pasajes que incluyen largos diálogos, por eso “el miedo a quedarse en blanco” siempre está presente, aunque Ortiz de Vallejuelo tiene tan interiorizado el texto que “lo que dices lo terminas sintiendo de verdad, va más allá de un simple guion”.

Con 12 años fue Jesús en la procesión infantil

El papel de Jesús requiere memoria para aprenderse el texto pero también una buena condición física. No en vano, la cruz, que Jon Ortiz de Vallejuelo debe portar “durante unas cuatro horas”, pesa 84 kilos, es decir, “15 kilos más que lo que peso yo”. Eso hace que las tres caídas con la cruz a cuestas se conviertan en un momento delicado de la representación porque “podrías hacerte daño”. Sin embargo, a este deportista nato eso no le quita el sueño sino más bien la factura emocional de interpretar el personaje de Jesucristo porque “me meto mucho en el papel”, puntualiza.

A pesar de su juventud, este vecino de Balmaseda sabe bien qué significa ser Jesús en la procesión de su pueblo. De hecho, con solo 12 años ya interpretó este personaje en la procesión infantil: “Desde aquel momento supe que mi sueño era ser Jesús en la de mayores”.

Una vez que Jon Ortiz de Vallejuelo cumplió la mayoría de edad, no ha faltado ningún año a la cita, aunque siempre acompañando a su padre, como romanos.

El año pasado, “el director me propuso interpretar al apostol Andrés” y eso, en Balmaseda, solo puede significar una cosa: “Que al año siguiente serás Jesús”.

Tres noches enteras pasó Jon sin pegar ojo, su sueño comenzaba a hacerse realidad. En plena recta final para la celebración de la Pasión Viviente, los nervios empiezan a volverse más acuciantes, aunque Jon cuenta con el respaldo de “los otros ‘Jesuses’”, sus antecesores en el papel le han contado sus anécdotas, le han dado pistas, pero, sobre todo, “me han aconsejado que viva a tope todo el proceso, desde el primer ensayo”. Y en ello está.

Jueves y Viernes Santo

La Pasión Viviente de Balmaseda se representa desde finales del Siglo XIX. Este Jueves Santo se representa la Última Cena, la Oración en el Huerto de los Olivos, el Prendimiento de Jesús y el juicio de este ante los sacerdotes encabezados por Caifás. Con las palabras sentenciosas de Caifás, “ahora serás conducido ante el gobernador romano Poncio Pilato para que decida tu suerte”, finaliza la Representación de la noche del jueves, que tendrá su continuidad a la mañana siguiente.

El Viernes Santo se inicia con el ahorcamiento de Judas, continuando con el Juicio de Jesús ante Poncio Pilato en el Pretorio, escenificándose la flagelación de Jesús, la liberación de Barrabás y el Ecce Homo, primera caída, encuentro con María Magdalena y encuentro con la Virgen María. Junto con los personajes y pasos del día anterior desfila la Magdalena, la Virgen María, la Verónica, los Apóstoles y otra serie de personajes de la Representación de la mañana.

Sobre un escenario de 50 metros de ancho por 15 de alto, tienen lugar las últimas estaciones del Calvario de Cristo. "Se trata de un acto de gran vistosidad y dramatismo, en el que Jesús, tras pronunciar sus últimas palabras, expira, es descendido y trasladado al sepulcro, con lo que finaliza la Representación", explica la organización.

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