La Galicia más santa

MONCHO VELOSO 29/03/2009 18:37

Con su Semana Santa de gran vistosidad y sobria belleza, Ferrol se transforma. Más de tres mil penitentes recorren durante estos siete días las calles del histórico barrio de La Magdalena. Pertenecen a cinco cofradías. La de Dolores data del siglo XII, y el resto, la del Santo Entierro, la de la Virgen de las Angustias, la de la Merced y la de la Orden Tercera de San Francisco, son de mediados del siglo XX, en pleno auge de esta celebración en toda España.

Sus majestuosos tronos, el 'baile' de los pasos y sus formas recuerda en parte a la tradición andaluza. Sin embargo, la Semana Santa ferrolana imprime su sello personal a partir de la idiosincrasia marinera y militar característica de esta ciudad departamental.

Una ría privilegiada para una semana de ocio

Desde que en 1996 fue declarada de Interés Turístico Nacional, cada año Ferrol recibe a miles de turistas, atraídos no sólo por toda esa imaginería religiosa, sino también por sus paisajes. Especialmente por sus playas, que acoge a los primeros bañistas con un inicio de primavera normalmente soleado y caluroso. Y su ría es, con su configuración privilegiada, donde las tropas españoles derrotaron a las británicas durante las guerras napoleónicas, la joya de los ferrolanos y la envidia de Europa.

Quizá por eso la ciudad se ha propuesto potenciar su Semana Santa con toda una serie de actividades atractivas para sus vecinos y visitantes. Cine, música, arte y el salón 'Equiocio', dedicado al mundo de la hípica. Organizado por la familia de la modelo y presentadora de televisión Paloma Lago, el evento, ya en su décimosegunda edición, acoge una prueba hípica nacional, concursos y actividades paralelas, relacionadas o no con lo equino.

Para completar el viaje, el visitante no debería abandonar la localidad sin visitar los castillos de San Felipe y La Palma, guardianes de su espectacular ría, en un agradable viaje en barco; su casco histórico modernista, su arsenal militar y "la ciudad ordenada en un enclave mágico" a través de la vida y obra del escritor ferrolano Gonzalo Torrente Ballester.

Los mejores platos del mar

Pecado sería olvidar la gastronomía de esta tierra. Los pescados y mariscos son en esta ciudad de una calidad inigualable y los reyes en su cocina.

Desde su famosa almeja (babosa, fina y rubia) hasta su centollos y percebes, pasando por piezas exquisitas de lubina, la costa ferrolana ofrece un surtido único a la hora de comer. Y para la sobremesa, sus postres: 'os bicos', pequeños bizcochos de cacao y crema de naranja, la tarta de Ferrol, con un suculento sabor a castaña, y, por supuesto, su arroz con leche, el más típico. Ya sea en sus animados mesones y tascas del centro urbano o en los restaurantes de la zona, que brindan increíbles panorámicas marítimas al comensal.

Viveiro, a tiro de piedra

Si aún quedan fuerzas, imprescindible se antoja trasladarse a Viveiro, cuya Semana Santa, de Interés Turístico Nacional desde 1988, destaca por la riqueza de sus imágenes, su antigüedad y su honda raigambre popular.

A unos 80 kilómetros de Ferrol, se puede llegar a esta villa lucense en un tren que bordea la costa. Todo un lujo y un capricho para los sentidos.