"Vi a la gallina, me acerqué y la tomé con las manos. Intentó levantar su cabeza, pero no resistió y murió", ha contado el hombre.
Schauerman, además explicó que "estaba muy excitado" cuando vio el tamaño desmesurado de la postura y al mismo tiempo "triste, porque sabía que la gallina murió en "su último esfuerzo por sacarlo".
El huevo extragrande pesó 138 gramos, o sea dos veces y medio el peso de uno común, que ronda entre los 50 y 60 gramos. El sacrificio de Roberta se convertirá en una tortilla gigante.