Hou Hsiao-Hsien recurre a las artes marciales para narrar la colisión con la tradición en 'The assassin'

EUROPA PRESS 26/11/2015 18:17

La cinta, protagonizada por Shu Qi, Chang Chen y Satoshi Tsumabuki, participó en la Sección Oficial de la pasada edición del Festival de Cannes 2015, donde recibió el premio al Mejor Director, y estuvo presente también en la Sección Perlas del Festival de San Sebastián 2015.

Según ha explicado declaraciones a Europa Press, de pequeño ya se interesaba por las obras clásicas chinas y cuando apenas tenía 13 años ya había leído todas las novelas clásicas chinas.

De este interés surge esta película, que se ambiente en la China de siglo IX. En ella, Nie Yinniang, la hija de diez años del general, es secuestrada por una monja que la inicia en las artes marciales, transformándola en una extraordinaria asesina encargada de eliminar a los gobernadores locales crueles y corruptos.

Un día, después de fracasar en una misión, su maestra la envía a donde nació, y le ordena matar al hombre al que estaba prometida, un primo que controla la mayor zona militar del norte de China.

Después de pasar 13 años en el exilio, ha de enfrentarse a sus padres, a sus recuerdos y a esos sentimientos que lleva tanto tiempo reprimiendo. Debe escoger: sacrificar al hombre que ama o romper para siempre con la disciplina sagrada de la orden de los asesinos.

LIBERTAD DE IMPROVISACIÓN

Hou Hsiao-Hsien no trabaja sobre un guion cerrado, sino que da a los actores libertad para improvisar si lo consideran necesario. El director ha manifestado que se siente contento con el equipo porque son muy profesionales y saben lo que van a hacer en el rodaje.

"Después de leer el guion empiezan a actuar directamente y durante el rodaje no interrumpo ninguna escena porque pienso que es una manera más natural de hacer la película", ha indicado. Después del rodaje revisa todas las escenas y si encuentra alguna que no es adecuada la vuelve a hacer, pero no en el mismo tiempo sino unos días más tarde, tal y como explica.

El cineasta se muestra en esta cinta contemplativo y recurre a escenas largas en las que en ocasiones cámara entra en la intimidad de los personajes y en lugares en la que parece que el espectador de la película no debería entrar.

"Para consguir la belleza de las escenas no uso demasiadas cámaras. Sé que es el estilo de algunos directores, pero no es mi manera de hacer las cosas. Me gusta capturar la imagen desde el mismo ángulo aunque el resultado no satisfecho y no quiero cambiarlo", ha dicho.