La 'inmunidad' parlamentaria de Obama lograda con la mayoría en ambas cámaras bajo el impulso del "Yes, we can" se ha esfumado en sólo dos años.
Los demócratas, en lo que se considera el primer batacazo político de Obama, han perdido mucho poder y radio de acción en las elecciones legislativas celebradas este martes en EEUU.
Las urnas han decidido que, a partir de ahora, el control en la Cámara de Representantes pase a manos republicanas ya que los conservadores han conquistado 50 escaños, muy por encima de los 39 que necesitaban para conseguir la mayoría.
Por el contrario, y para descanso del presidente, los demócratas han logrado mantener el poder en el Senado aunque se ha visto seriamente mermado por el auge de la oposición. Los republicanos necesitaban diez escaños para alcanzar la cifra mágica de 51 que le daría la llave de la Cámara pero sólo han conseguido arrebatar los asientos de Indiana, Dakota del Norte, Arkansas y Wisconsin.
Con este nuevo escenario, la política de la Administración Obama se verá profundamente modificada a partir de ahora.
Los demócratas, que en estos últimos años han conseguido sacar adelante ambiciosas reformas como la sanitaria sin el apoyo de los republicanos, deben desde ya buscar en los conservadores a sus más fieles aliados.
Sin embargo, el camino que Obama debe seguir desde ya no se presenta nada fácil. Los republicanos han prometido por activa y por pasiva que mantendrán la actitud de bloqueo que han adoptado desde la llegada del presidente a la Casa Blanca.
Así, la oposición ha asegurado que con el poder otorgado en la Cámara de Representantes revertirá la reforma de salud y pondrá en marcha recortes de impuestos para ayudar, en su opinión, a reducir el déficit e impulsar el crecimiento.
Por ello, Obama ya ha expresado a los republicanos su intención de colaborar con ellos para "encontrar terreno común, hacer avanzar este país y conseguir cosas en favor del pueblo estadounidense". EPF