Pero tendrá otro cometido: enseñar valores como amistad, la no violencia, la cooperación, abrir la mente, respetar a los demás, a hombres y mujeres, tener confianza y estar orgulloso de ser palestino.
Así que, mientras se anuncia que un niño consigue ser independiente como persona, también ha conseguido vivir sus sueños de independencia. Aquí no hay referencias ni a los israelíes, ni a sus símbolos. No hay controles, ni acoso policial.
Una realidad muy distinta a lo que les ofrecen otros personajes de la televisión denunciados por ser demasiado violentos y enseñar a los niños el odio y la intolerancia.
Llega la visión pacífica, lejos de lo que han sufrido otros muñecos.