Berlín, la ciudad reinventada

CRISTINA GONZÁLEZ SÁNCHEZ 07/11/2009 00:00

Klaus Wowereit echa la vista atrás para recordar aquel 9 de noviembre. 20 años después, se felicita tras la concesión del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia y asume los importantes retos de futuro de la capital alemana. "Berlín se presenta como una ciudad de contradicciones y busca ser punto de encuentro". Una intensa vida cultural, problemas económicos tras 20 años de reunificación y la tasa de paro más alta de toda Alemania, la convierten en una urbe difícil para su regidor aunque atractiva para el mundo.

Wowereit estaba en casa aquella tarde de noviembre. "Tenía visita de una jubilada de la RDA. Me llamaron para que pusiera la televisión porque el muro había caído. Hubo grandes manifestaciones pero no pensábamos que realmente pudiera pasar. Era algo tan increíble y tan esperado. Mi vida política y mi vida personal cambiaron muchísimo después de la caída del Muro".

"El premio Príncipe de Asturias es una confirmación de nuestro trabajo, un trabajo que ha durado 20 años", analiza el político alemán poco antes de la recogida del galardón en Oviedo. "No sólo vamos a celebrar el 9 de noviembre este día recordando la Caída del Muro. Queremos entender como se ha desarrollado esta ciudad porque cayeron muchas fronteras".

Klaus Wowereit agradece que el galardón haya recaído sobre la ciudad y sus ciudadanos por su valentía. "Este proceso tan pacífico nunca hubiera sido posible sin los ciudadanos y el resto del mundo". Hoy 180 nacionalidades distintas conviven en Berlín. "La ciudad es el resultado de una historia trágica que le ha llevado a superarse de forma espectacular. Fue la única ciudad que tuvo que reunificarse en una sola urbe. Se convirtió en el taller experimental de la reunificación para toda Alemania. No fue un proceso fácil, los ciudadanos tuvieron mucho que decir", cuenta el regidor berlinés.

El mundo se pregunta si a día de hoy el muro está completamente superado. La frontera de hormigón dividió a los ciudadanos de una misma ciudad durante 28 años y Wowereit conoce mejor que nadie los entresijos de la capital alemana y las sensibilidades que aún separan el Este y el Oeste. "De los 3,4 millones de ciudadanos, 1,5 son ciudadanos nuevos que ni siquiera saben donde estaba el muro. Algunos berlineses crecieron en una dictadura y otros han crecido con la libertad. Por ello, hay resentimientos. Los jóvenes darán una respuesta distinta a sus padres. Aún así, sigue habiendo cuestiones que generan debate en la ciudad", cuenta 'Wowi'.

El cierre de Tempelhof es un ejemplo de la diferencia de sensibilidades entre los berlineses de un lado y de otro. "Fue mucho más emotivo en la parte del Oeste que se vieron abastecidos desde este aeropuerto en momentos críticos. Lo importante es no cerrar los ojos a las sensaciones de la ciudad, hay que hacer política para todos".

Economía vs. cultura

A diferencia de otras metrópolis en Europa, Berlín tiene grandes problemas económicos derivados de la reunificación. Las empresas públicas de la parte oriental no eran competitivas y hubo que desmantelarlas. La economía occidental de la RFA tampoco era rentable porque estaba subvencionada y no conocía la competitividad. "El desempleo es nuestro principal reto. Hemos pasado de una tasa de paro del 19 % al 14 %. Luchamos contra grandes problemas económicos y con el desempleo más alto de toda Alemania", reconoce el alcalde.

La gran ventaja de la capital alemana se instala en la intensa vida cultural . "Las instituciones culturale están duplicadas. Tanto la RDA como la RFA, promocionaron la cultura. Berlín no necesita tres óperas pero tenemos tres óperas. Nuestro patrimonio cultural está duplicado por la yuxtaposición de ambas potencias. Es una ventaja pero un gran desafío económico". Wowereit explica que esa intensidad cultural se ha convertido en el atractivo principal para miles de jóvenes que llegar a su urbe.

Berlín sólo va a tener una oportunidad para presentarse al mundo , para su regidor, Wowereit quiere convertir la capital alemana en un punto de encuentro internacional pensando en la inmigración. "La ciudad está en el corazón de Europa y queremos aprovechar esto para que sea una zona de diálogo entre culturas. Sólo funcionara si las personas que acuden a Berlín son acogidas con los brazos abiertos y quienes lleguen aspiren a la integración". Wowereit celebra el veinte aniversario pensando en el futuro.