El vicepresidente de la administración Bush ha admitido el uso de la técnica de tortura conocida como "ahogamiento simulado" utilizada contra el detenido Khalid Sheikh Mohammed, presunto cabecilla de la trama del 11-S.
Cheney defendió su utilización contra este detenido y otros. Además de asegurar que esta práctica de simular asfixiar una personas obstruyendo con agua sus vías respiratorias fue apropiada, aunque en ningún momento se abusó de ella.
Cheney también abogó por la línea dura, es decir, el mantenimiento de los detenidos en Guantánamo, un prisión que ha jugado un papel "muy valioso". Sobre cuándo terminará la lucha contra el terrorismo, Cheney dijo que es algo que "nadie sabe".
La prisión de Guantánamo la comparó con los campos de prisioneros que existían durante la II Guerra Mundial, porque en conflictos bélicos anteriores "siempre hemos ejercido el derecho a capturar a los enemigos y retenerlos hasta el final".
Sobre la intención del nuevo presidente Barack Obama de cerrar Guantánamo ha asegurado que "será muy difícil". ZA