"No creería que entremos con este tema en alguna otra discusión o tensión", expresó la canciller de Colombia, María Ángela Holguín, en declaraciones a la cadena bogotana Caracol Radio.
La titular colombiana de Exteriores dijo que el caso de Doris Carolina Cadena Benarcazar, la ecuatoriana que murió en el bombardeo del pasado lunes a una base rebelde, "es parte de una situación que ellos (las autoridades en Quito) entienden".
La extranjera, de 15 años y oriunda de Tulcán (Ecuador), perdió la vida junto a otro menor colombiano y 14 rebeldes adultos en un ataque militar a un campamento del frente 48 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en las montañas de la localidad fronteriza de Ipiales.
La nacionalidad de la menor fue confirmada anoche en Bogotá por el Ministerio de Defensa, cuyo titular, Rodrigo Rivera, había viajado el mismo día a Quito junto a Holguín para un nuevo encuentro bilateral previsto dentro de la agenda de restablecimiento pleno de las relaciones entre ambos países.
Las relaciones de Quito con Bogotá fueron rotas en marzo de 2008 por el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, tras el bombardeo colombiano a una base de las FARC en suelo ecuatoriano.
En la acción murieron el portavoz internacional y segundo al mando en esta guerrilla, "Raúl Reyes", así como otras 25 personas, entre rebeldes, incluido uno ecuatoriano, y civiles, entre ellos cuatro universitarios mexicanos.
La canciller colombiana observó que la presencia de niños, como la ecuatoriana, en campamentos guerrilleros es algo que las autoridades del país no pueden controlar.
En la reunión del jueves en Quito, los ministros ecuatorianos "entendieron perfectamente la situación".
"Ellos saben que los niños (la ecuatoriana y el colombiano) estaban dentro de un campamento guerrillero y que también es algo que nosotros no podemos controlar", insistió la canciller colombiana.