Amber Nicklas desapareció en septiembre de 2003 mientras estaba en un restaurante con sus padres adoptivos en Los Angeles.
Al parecer, y según fuentes cercanas a la investigación, tres de sus tías biológicas fueron las que la secuestraron aunque dos de ellas pudieron ser detenidas en el mismo momento del rapto. La tercera escapó y ahora se sabe que la niña terminó con unos padres que nada tenían que ver con su familia biológica.
Así, y tras recibir una pista, las autoridades registraron una casa situada en Phoenix.
Cuando los investigadores se personaron en la vivienda, la mujer de la casa había escondido a la niña en la ducha bajo un montón de ropa y toallas, según ha informado el portavoz policial, Trent Crump.
"La niña parecía estar bien atendida, parecía estar bien alimentada. Estaba feliz", tal y como ha señalado el capitán Patrick Maxwell.
Los agentes además han detallado que la menor no acudía a la escuela para no levantar sospechas y que la habían cambiado el nombre y la identidad para no ser descubierta. EPF