Un país maravilloso, con su humor lacerante y sarcástico sobre la matanza, se colocó en una posición delicada. No hay que olvidar que Israel se un país en guerra, con un control extremo de la información, donde no se permite a los periodistas acceder a Gaza y donde hay que conectarse a canales extranjeros para enterarse del alto número de víctimas,
Según publica el periódico británico, The Independent, el jefe de guionistas del programa, Muli Segev, cree que su trabajo es "decir al público cosas que no desea oír". Segev, sin embargo, está seguro de que el programa volverá a ser emitido ya que, como la mayoría de los israelíes, considera que la guerra está justificada. "Hay gente que se siente bien con esto. Para nosotros es malo, pero quizás es un mal necesario", opina.
Sátira hiriente
Por ejemplo, en la última emisión, el actor Tal Friedman, parodiando a un corresponsal militar, interrumpía constantemente el programa con las últimas cifras de las víctimas palestinas, como si fuera un partido de fútbol. "500 para los visitantes, cuatro para el equipo de casa", decía aludiendo a las víctimas palestinas y a los soldados israelíes. "El resultado es bueno, pero no podemos confiarnos y tenemos que esforzarnos para seguir en cabeza", añadía. Un momento después anunciaba que "un golpe directo a un estudio de moda nos pone por delante con 501".
En otro momento, Friedman parodia al ministro de Defensa, Ehud Barak, en una rueda de prensa donde se pregunta "¿cómo se supone que vamos a saber que se trata de una guardería? Deberían indicárnoslo con una señal en hebreo", explica el supuesto ministro.
El programa muestra a Hamás como un enemigo de lo peor que hay, encantado con las víctimas civiles. En un momento dado, el programa imita una conexión en directo con un comandante de Hamás en un jardín de infancia de Gaza, que anuncia que "tenemos niños muy monos para escudos humanos. Si estás en una zona atacada donde hay civiles, avísanos para que llevemos allí las cámaras".
Parodiando el Festival de Eurovisión, en el que participa Israel, los corresponsales de Un país maravilloso conectan desde diferentes países europeos indicando cuántos palestinos permitirán los europeos que Israel mate. Así, Italia permitiría 800, dice el corresponsal en Roma; Alemania, 6.000, dicen desde Berlín.
¿En busca de audiencia?
Pero los críticos con el programa creen que la parodia sólo trata de conseguir más audiencia, algo que, según The Independent, también se puede decir de los políticos de izquierdas, que hasta ahora han estado mudos sin criticar la ofensiva israelí ante las elecciones del próximo mes. Sin embargo, para Noa Yeblin, editora de cultura del periódico Maariv, "estos esketchs pueden hacer reír a los israelíes pero no les hacen pensar".
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