Nativos toman una válvula del gasoducto de Camisea, en el sur peruano

AGENCIA EFE 31/05/2009 00:12

El dirigente Plinio Capegari confirmó al canal N de la televisión local que la válvula se encuentra en un sector denominado Siná y que mantendrán su medida de protesta hasta que el Gobierno derogue unas leyes que consideran lesivas a sus intereses.

Capegari dijo que este grupo de nativos es el mismo que la semana pasada tomó el pueblo de Machu Picchu, ubicado a las faldas de la célebre ciudadela inca, y obligó a la suspensión del servicio del tren de turistas.

Añadió que con sus medidas de protestas no están "vulnerando el estado de derecho", sino que responsabilizó al Gobierno porque, en su opinión, está postergando la solución a sus reclamos.

"Estamos siendo cautos, pero por el incumplimiento del Gobierno estamos radicalizando nuestras medidas", acotó, para luego decir que las autoridades los quieren "trabajar al cansancio".

"Eso nosotros no lo vamos a permitir, si no se va a priorizar lo que es la problemática de los indígenas, así como hemos estado ya en Machu Picchu, ahora tomamos la válvula por la incapacidad del Gobierno", enfatizó.

Capegari comunicó, sin embargo, que si el próximo miércoles el Congreso peruano deroga las leyes que ellos rechazan levantarán de inmediato su medida de fuerza.

"Estaremos hasta la victoria y esta será la derogatoria de esos decretos legislativos", acotó.

Los medios locales informaron que a la zona han sido enviados unos 200 policías para intentar retomar el control de la válvula.

Los pueblos selváticos llevan ya más de un mes en paro indefinido, con la toma de estaciones petroleras y bloqueos de caminos y ríos, que ha puesto en peligro el abastecimiento de combustibles en varias ciudades de la selva.

Su líder, Alberto Pizango, hizo incluso un llamado a la insurgencia, que retiró poco después, pero su actitud recibió la respuesta del Gobierno con una denuncia por sedición ante la fiscalía.

Los nativos se niegan a levantar su huelga hasta tener avances concretos en el diálogo de las leyes que, en su opinión, vulneran los derechos a la propiedad de sus tierras y permiten el ingreso de las trasnacionales madereras y del petróleo.

El pasado martes, el primer ministro de Perú, Yehude Simon, prometió revisar los decretos cuestionados por los indígenas, al acordar con sus líderes la instalación de una mesa de diálogo para poner fin a la protesta.