Así lo ha asegurado el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a la salida de una reunión convocada para afrontar la grave situación.
Se ha discutido la posibilidad de nombrar un coordinador humanitario de la ONU y ASEAN, crear una base logística fuera de Birmania y celebrar una conferencia de donantes.
En la reunión, en la que estuvo presente un representante de Birmania, se ha reafirmado que el envío de ayuda internacional carece de contenido político y solamente tiene propósitos humanitarios.
"El Gobierno de Myanmar ha mostrado cierta flexibilidad, y eso anima, pero se necesita mucho más" ha agregado.
Agilizar el reparto
La reunión convocada por el secretario general forma parte de un intento de Naciones Unidas de vencer los obstáculos puestos por la Junta Militar birmana a la ayuda internacional y acelerar la distribución de asistencia a las víctimas, que ahora se estima que podrían llegar a los 2,5 millones.
El Gobierno birmano acepta la ayuda enviada por la comunidad internacional, pero se reserva la responsabilidad de distribuirla y se resiste a dejar entrar a extranjeros para ayudar en las tareas de asistencia a los damnificados.
Naciones Unidas considera que las actuales operaciones de ayuda siguen siendo insuficientes y ponen en riesgo las vidas de los damnificados por Nargis.
Sus expertos estiman que solamente un tercio de los damnificados han recibido algún tipo mínimo de ayuda.
Más de 38.000 muertos oficiales
La Junta Militar de Birmania aumentó a casi 38.500 el número de víctimas mortales causadas por el ciclón Nargis, pero algunas organizaciones internacionales temen que la cifra pueda ser mucho mayor. No obstante, la Federación Internacional de la Cruz Roja anunció que probablemente hayan perdido la vida entre 68.833 y 127.990 personas, tras compilar datos de 22 agencias de ayuda humanitaria y de los medios. LA