Polonia llora la trágica muerte de su presidente

INFORMATIVOS TELECINCO / AGENCIAS 10/04/2010 20:27

"¿Por qué, por qué, Señor?", ha exclamado una anciana con gruesas gafas de sol, levantando las manos al cielo a modo de exigencia.

Junto a ella, algunos frailes han entonado cánticos religiosos y han orado por las almas de los muertos, mientras una cola de cabizbajos ciudadanos han esperado su turno para firmar en el libro de condolencias.

"No es el momento de preguntarse por qué, sino de esperar", insistía el obispo metropolitano de Varsovia, Kazimierz Nycz, en una misa celebrada en la catedral de la capital que, como otras muchas ciudades, ha acogido actos religiosos en memoria de los fallecidos.

Para muchos polacos, se trata ya de la mayor tragedia nacional vivida por Polonia desde la II Guerra Mundial y que, para más desolación, tuvo como escenario las cercanías de Katyn, "un lugar maldito para la historia polaca", como dijo hoy el ex presidente Aleksander Kwasniewski.

Hace 70 años, más de 20.000 oficiales del Ejército Polaco fueron asesinados en Katyn por orden de Stalin, en uno de los episodios más llorados de la historia polaca del siglo XX.

Solidaridad política

El primer ministro de Polonia, hasta hoy gran rival político de Kaczynski, Donald Tusk, tampoco ha podido reprimir las lágrimas. "Han muerto los jefes de las instituciones estatales más importantes, parlamentarios, sacerdotes, comandantes de las Fuerzas Armadas, el vicepresidente del Parlamento y líderes de partidos políticos", se lamentaba el antes de trasladarse a la zona del accidente.

También el líder de la oposición conservadora polaca, Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del fallecido presidente Lech Kaczynski y ex primer ministro del país, decidió viajar a Smolensk, aunque por ahora ha rehusado hacer declaraciones sobre el siniestro.

Calles teñidas de rojo y blanco

Varsovia y el resto de ciudades polacas se han teñido a lo largo del día del color rojo y blanco de cientos de miles de banderas nacionales, colocadas en casas particulares, edificios públicos y transportes como preludio de la semana de luto nacional que vivirá el país durante los próximos siete días.

Junto a Kazcynski y su esposa María perdieron la vida otras 94 personas, la totalidad de los ocupantes del avión, entre ellos importantes altos cargos que dejan así huérfanas algunas de las instituciones polacas más relevantes. EPF