A sus 70 años de edad, es campeón de culturismo en Georgia y no tiene planes de dejar de entrenar por ahora.
"La gente me pregunta que cuándo me voy a retirar, y yo les respondo que no lo haré nunca", asegura Bryant. "La mayor parte de la gente muere cuando se retira, no mientras entrena. Me encanta trabajar, y me encanta hacer ejercicio, llevo haciendo esto durante 27 años".
Sonny trabaja en el cementerio local, como conductor de montacargas y entrena dos veces al día para mantener el cuerpo que le ha llevado a ganar más premios y trofeos de los que puede contar.
Según informa el portal 'The Daily Mail', mpezó a ir al gimnasio con 44 años como una forma de superar el divorcio de su segunda pareja.
Bryant nunca había pisado un gimnasio con anterioridad, pero 11 meses después de empezar a levantar pesas, se registró en su primera competición, celebrada en Columbus (Georgia).
Sin embargo, cuando llegó, se dió cuenta de que llevaba el atuendo equivocado (un bóxer rojo, blanco y azul), y no tenía ni idea de cómo posar.
"El jurado me dijo que posase, y yo tuve que mirar a todo el mundo para ver cómo lo hacían", recuerda Bryant.
A pesar de sus reducidas posibilidades, ganó el tercer puesto de la novata competición y el cuarto en la competición máster.
Ahora, tras 27 años de ejercicio diario, puede levantar un peso de 190 kilos sin apenas esfuerzo.
"Era como un adicto al crack, estaba enganchado. Tenía dos trofeos y nunca antes había ganado nada", confiesa el campeón.
"La gente dice que es la edad lo que te hace viejo pero es tu forma de pensar lo que determina tu edad. Los años son sólo un número. Le da a la gente una razón para ser vago y no hacer nada. Cuando le digo mi edad a la gente se avergüenza".
La comida de este peculiar hombre consiste en un gofre seco o huevos revueltos con bacon muy hecho después de llegar del trabajo a las 6 de la mañana. Después se dirige al gimnasio, una hora después.
Su peculiar vida
Bryant nació en 1943, hijo de un minero y una sirvienta y conductora de autobús, ahora es padre de 7 hijos.
Tras su graduación en 1964, se casó con su amor de la infancia y se alistó en la armada. Pero los largos periodos que pasaba fuera sirviendo a su país hizo que el matrimonio se rompiese.
Tras 7 años en el ejército, se mudó a Chicago, donde trabajó como gerente en un restaurante, operario de fábrica y limpiador de oficinas.
Tras volver a Augusta, empezó a servir para la Administración de Veteranos como ayudante de enfermería, donde gracias a un paciente conoció a su segunda esposa, quien en 1986 se divorció de él. En ese momento comenzó su carrera de culturista.