En la víspera del arranque de una nueva conferencia de Naciones Unidas sobre Siria, este martes se han divulgado una serie de documentos y fotografías estremecedoras que acusan directamente al régimen de crímenes y torturas. Bachar el Assad es una máquina de torturar, de matar y de violar los derechos humanos a niveles, según el informe, "industriales". Para demostrarlo, las instantáneas con rostro de las masacres, donde vemos las marcas de esta guerra civil tatuadas en los cuerpos de los detenidos. Corresponden a un sólo centro de detención del Gobierno donde dejan morir de hambre, golpean, estrangulan y hasta decapitan a los rebeldes. Tres fiscales internacionales han elaborado el informe que revela que, al menos 11.000 detenidos, han muerto en las siniestras cárceles del régimen. El conflicto para el que se busca una salida diplomática en Ginebra estos días ha matado ya cerca de 100.000 personas. El de Assad no es el único bando que ejerce la barbarie como doctrina; también los rebeldes perpetran ejecuciones sumarias y torturas salvajes pero que todo un aparato del Estado vuelva a sistematizar el horror no deja de estremecernos.