Tal y como publica el diario británico Daily Mail, al principio, Samantha no era consciente de los riesgos que asumía al no ingerir alimentos ni tampoco reconocía el peligro que suponía para su vida. Ni siquiera escuchaba las súplicas de sus familiares y amigos.
Por ello, su padre quiso que entrara en razón. Para ello, le mostró unas fotografías de cuando Samantha tenía una vida normal y tenía un peso adecuado y otras de su estado actual, con un alarmante deterioro físico, sin casi musculatura y con una extrema delgadez.
Viendo las instantáneas, Samantha comprendió el peligro que corría por lo que decidió superar su enfermedad a base de mucho esfuerzo y voluntad.
Así, durante 16 meses, la mujer estuvo fotografiando su progreso, lo que la motivaba para comer y para llevar una dieta equilibrada.
"Gracias a las fotos podía ver mi estado. Poco a poco tenía las mejillas más rellenas, las arrugas menos visibles y una piel más saludable", asegura la propia Smith.
"Las imágenes han sido mi mejor medicina. Ahora no me veo como una jubilada". "Me miro y me siento 100 veces mejor que antes", comenta.
Samantha ha decidido dar a conocer su caso para intentar ayudar a otras personas que se encuentren en la misma situación y darles la esperanza de que con voluntad y esfuerzo todo se puede superar. EPF