Por si no tenían suficiente con las inundaciones, los vecinos de un barrio de Acapulco se han visto obligados a lidiar con varios cocodrilos. Normalmente, estos animales viven en pantanos de las afueras pero las lluvias caídas han ampliado su hábitat hasta las zonas residenciales. Algunas partes de la ciudad se asemejan a una jungla, y no por los enormes reptiles, sino por los robos generalizados en las tiendas. Y muchos de estos carros no se llenan del agua y los víveres necesarios. La situación es aún más dramática en algunas regiones montañosas. El riesgo a nuevos corrimientos de tierra impide que los equipos de rescate lleguen hasta allí y comprueben la verdadera dimensión de la tragedia.