62 millones de alemanes tienen sus manos el color del próximo Gobierno, para el que Angela Merkel parte como favorita.De los indecisos depende el juego de alianzas porque no parece que la canciller obtenga una mayoría clara. La incógnita es si podrá pactar con sus actuales socios, los liberales, o si necesitará del principal partido de la oposición, los socialdemócratas del SPD. Su líder, Pier Steinbruck asegura ir a por todas, a ganar, y que no volverá a ser ministro de Merkel. Como este votante, muchos alemanes creen que en cualquier caso habrá continuidad sin grandes cambios. Pesa el recuerdo de la primea legislatura de la canciller, cuando pactó con Steinbruck, y éste defendió entonces la austeridad y los recortes. Ahora él ha prometido apretar menos, incluido a los europeos de sur. Merkel, que en el cierre de campaña insistió en los ajustes y en su rechazo a la deuda europea, está acariciando su tercer mandato. Ha entrado ya en la historia de Alemania, así que acaban de presentar su figura en el Museo de Cera de Berlín. Para muchos, sin embargo, siempre será la Dama de Hierro germana.