El aniversario de la muerte del número dos de las FARC transcurre sin incidentes en Colombia

EFE 01/03/2009 16:38

La muerte de "Reyes", cuyo nombre verdadero era Luis Edgar Devia, el 1 de marzo de 2008 en una operación militar que produjo dos días después la ruptura de las relaciones bilaterales con Ecuador, todavía no reanudadas, marcó el llamado "marzo negro" para este grupo rebelde.

El 26 de marzo murió en la selva de un ataque cardíaco el fundador y jefe máximo de las FARC, el legendario "Manuel Marulanda Vélez", también conocido como "Tirofijo", a los 77 años.

Las autoridades policiales y militares colombianas indicaron que la jornada de aniversario de la "Operación Fénix", que también desencadenó una crisis diplomática con Venezuela y Nicaragua, transcurrió sin problemas y sólo se reportó la desactivación de un explosivo en la zona selvática del Putumayo, que limita con Ecuador.

El viernes, la policía dijo estar en estado de alerta para prevenir posibles ataques de las FARC.

"Las celebraciones de este grupo terrorista no es pidiéndole bendiciones a la Virgen sino con terror y con muerte", dijo ese día el director de Seguridad Ciudadana de la policía, el general Orlando Páez Barón.

La única referencia del presidente Álvaro Uribe a las FARC fue ayer, cuando dirigió una reunión de funcionarios en el departamento de Antioquia y pidió "acabar por parejo" con delincuentes, narcotraficantes y guerrilleros.

Uribe denunció que algunos líderes de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) están en otros países.

"Que no sueñen que van a mantenerse en la impunidad, porque están en el extranjero esos bandidos. Caerán (...). Que esos bandidos vayan encontrando, buscando escondrijos extraterrestres, porque en este planeta los encontramos. Tenemos toda la voluntad", dijo.

En ese momento el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y el general Freddy Padilla de León, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, visitaban unas cavernas que habían sido utilizadas por las FARC como escondites en la serranía de la Macarena, unos 200 kilómetros al sur de Bogotá.

Santos dijo que antes los jefes de las FARC vivían "como reyes" en casas con piscina y ahora huyen, están en otros países y sobreviven "como ratas".

El ministro de Defensa, en una entrevista divulgada hoy, justificó la operación que provocó un duro conflicto diplomático con Ecuador y críticas contra Colombia por parte de otros países latinoamericanos.

"Golpear a terroristas que sistemáticamente están atentando contra la población de un país, así estos no se encuentren dentro de su territorio, es un acto de legítima defensa y una doctrina cada vez más aceptada por la comunidad y el derecho internacional", dijo.

Entretanto, las FARC, en un comunicado divulgado el viernes pasado, consideraron que el bombardeo de hace un año destruyó "de un solo tajo" las gestiones para la búsqueda de la paz.

Respecto a las relaciones diplomáticas con Quito, Santos consideró hoy que se van a normalizar "cuando Ecuador quiera".

Analistas colombianos consideran que el año de ruptura entre Colombia y Ecuador, que comparten 586 kilómetros de frontera terrestre, afectó la relación económica.

Pese a las restricciones impuestas por Ecuador, el año pasado los dos países tuvieron una balanza comercial de 2.600 millones de dólares, favorable a Colombia, que exportó mercancías por más de 1.800 millones de dólares a ese país, según datos de la Cámara de Comercio e Industrias Ecuatoriano-Colombiana.

Pero la catedrática colombiana Socorro Ramírez, experta en las relaciones entre Colombia y Ecuador, advirtió de que "la gente y la cantidad de empresas que dejaron de invertir en el otro país es incalculable".

El "marzo negro" para las FARC, además de las muertes de "Raúl Reyes" y de "Tirofijo", cuyo deceso no fue reconocido por las FARC hasta finales de mayo, también incluyó la muerte del jefe guerrillero Manuel Jesús Muñoz Ortiz o José Juvenal Velandia, mas conocido como "Iván Ríos".

Se trataba del más joven de los siete miembros del Secretariado o Estado Mayor de esa guerrilla y fue ultimado el 5 de marzo pasado por uno de sus guardaespaldas, quien le amputó una mano como prueba para poder cobrar una recompensa ofrecida por el Gobierno.