La oposición acusa al presidente, Pierre Nkurunziza, de reprimir las protestas desde que comenzaron éstas, el pasado mes de mayo. Entonces las manifestaciones eran para denunciar la ilegalidad de la tercera candidatura presidencial consecutiva de Nkurunziza.
El propio Nkurunziza ha reconocido casos de miembros de las fuerzas de seguridad implicados en torturas y asesinatos, pero también hay víctimas entre los leales al presidente.
Los últimos incidentes violentos estallaron a última hora del sábado y se prolongaron hasta bien entrada la noche, en particular en los barrios de Cibitoke y Mutakura, en el norte de la ciudad.
El acuerdo de paz de 2005 que puso fin a la guerra civil especificaba que los presidentes podrían permanecer en el poder un máximo de dos mandatos, pero Nkurunziza asegura que el primer mandato no fue por elección, por lo que no computaría, una postura refrendada hasta ahora por los tribunales.