Las ausencias deslucen la puesta en marcha de la Asociación Oriental

AGENCIA EFE 07/05/2009 10:46

"Este es un momento histórico. Y los que estábamos presentes lo hemos sentido así", explicó el presidente de la Comisión Europea (CE), Jose Manuel Durao Barroso, al presentar a los nuevos asociados: Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán.

Entre los principales países de la UE, sólo Alemania, por medio de su canciller, Angela Merkel, estuvo representada en la reunión por su jefe de gobierno, mientras que Reino Unido, Francia, Italia y España estuvieron presentes por medio de sus ministros de Exteriores.

La iniciativa pretende fomentar reformas política, sociales y económicas en los países asociados que faciliten su aproximación a la UE y para ello los Veintisiete ya han puesto 600 millones de euros hasta 2013 para financiar proyectos.

Merkel puso la nueva asociación a la misma altura que la Unión por el Mediterráneo (UPM), creada el año pasado, subrayando que "al igual que cooperamos con los países del Mediterráneo, también es necesario desarrollar una cooperación con el Este".

El acuerdo abre "un nuevo capítulo" económico y político en la relación entre la UE y las seis naciones, afirmó a los periodistas Merkel, quien resaltó que la seguridad de Europa empieza por la estabilidad en el Cáucaso.

"La UE sabe desde mucho antes de la crisis de Georgia, y de la crisis del gas de comienzos de este año, que la seguridad y el bienestar de Europa también depende de la estabilidad de los asociados del Este", subrayó la canciller alemana.

"Hoy es cuando se consolida definitivamente una de las dimensiones prioritarias de la política europea", afirmó a Efe tras la cumbre el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, destacando que tras la UPM, ésta era la pieza que quedaba por encajar en las prioridades exteriores comunitarias.

Mirek Topolanek, primer ministro checo saliente que hoy se despedía de la presidencia de la Consejo Europeo, aseguró que no se puede ignorar "lo que hay al Este" y recordó que los nuevos asociados han escogido libremente su decisión, al contrario que en el antiguo "Bloque del Este" bajo dominio soviético.

Esa no ha sido la única alusión a Rusia, que ha acogido la iniciativa con indudable animadversión y ha acusado a la UE de pretender crear una "esfera de influencia" en un lugar históricamente sensible para el Kremlin.

Javier Solana, el jefe de la diplomacia europea, calificó algunos declaraciones de Moscú como "poco constructivas" y recalcó que la asociación no se dirige contra nadie.

Dos de los miembros de la Asociación Oriental ha tenido que afrontar graves problemas en los últimos días, con un motín militar en Georgia y una crisis política en Ucrania de grandes dimensiones.

En Moldavia se han registrado graves enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas policiales del régimen autoritario de Vladimir Vorónin, mientras que en Bielorrusia la oposición clama contra los desmanes de Alexandr Lukashenko, calificado como el "último dictador de Europa".

Ni Vorónin ni Lukashenkono asistieron a la reunión, aunque sí estuvieron representantes de sus gobiernos para poder firmar la fundación del proyecto.

Los otros dos asociados restantes, Armenia y Azerbaiyán, tienen enquistado un conflicto territorial por el enclave de Nagorno Karabaj y estuvieron enfrentados en una sangrienta guerra a principios de la pasada década.

La Asociación Oriental, aprobada en marzo pasado por la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la UE, recoge la idea de promover "una liberalización de visados" con esas naciones, aunque los Veintisiete sólo lo sitúan como un "objetivo a largo plazo".

Entre lo proyectos económicos que se fomentarán -en sectores como energía o infraestructuras- se tratará de impulsar la cooperación entre los seis países y no sólo entre éstos y la UE, además de que se abre la puerta a la participación de terceros, en una clara alusión a Rusia.