Por mucho que miran nadie ve el aparato desaparecido sin haber dado ninguna señal de auxilio, una hora después de despegar y en una zona donde las condiciones meteorológicas eran normales. Cuarenta barcos y treinta aeronaves de diez países rastrean en busca de una pista que permita identificar el lugar donde debió caer el avión con sus 239 personas a bordo. Es un misterio sin precedentes, relata el responsable de la aviación malasia, Ninguna hipótesis se descarta del todo. Desde la posibilidad cada vez más real de que se desintegrase en pleno vuela, hasta la opción del ataque terrorista. La aerolínea ya ha comunicado a los familiares que se "preparen para lo peor" pero es difícil, dicen los parientes, cuando no hay ni un trozo de fuselaje. La mayoría del pasaje era de China así que Pekín presiona para que se intensifique la búsqueda. Dos de los pasajeros viajaban con pasaportes falsos y podrían pertenecer a una banda de robo de documentos pero por ahora ningún dato aporta luz sobre este enigma del triángulo chino. Una tragedia que todavía es sólo una sospecha perdida en algún lugar del océano.