Ban señala que el camino a la reconciliación en Birmania es "prometedor" pero que no será fácil

EUROPA PRESS 01/09/2016 07:42

"La larga guerra civil ha costado muchas vidas y ha despojado a varias generaciones de su dignidad, tranquilidad y normalidad", ha señalado Ban, en la ceremonia de inauguración de la conferencia de paz que se celebra en la capital del país, Naipyidó.

El jefe de la ONU ha señalado que ya está claro que "puede haber una solución no militar" en el país para solucionar las diferencias, y ha instado a aceptar que ninguna parte involucrada en el proceso de reconciliación alcanzará todos sus objetivos pero que cada una "debe ganar algo para que el proceso tenga éxito".

"Esto exigirá voluntad por todas las partes, y el reconocimiento de que el éxito es interés de todo el pueblo de Birmania, independientemente de su etnia, religión, afiliación política o estatus socioeconómico", ha añadido Ban, según documentos recopilados en un comunicado de la ONU.

Ban ha subrayado que es "la primera vez que un proceso de paz de estas características se inicia en los 70 años de historia de conflicto y división" entre el Gobierno y los grupos étnicos armados. "En todo el mundo hemos visto tragedias cuando los líderes se niegan al cambio democrático, pero Birmania ha mostrado que esto es posible", ha remachado.

El secretario general ha tildado de "crucial" el acuerdo y ha felicitado al Gobierno por esforzarse en hacerlo más invlusivo.

TENSIONES ÉTNICAS

En Birmania hay más de un centenar de grupos étnicos, con tradiciones y culturas muy diferentes entre sí. Como parte de los actos que han marcado el inicio de la conferencia, varios representantes de estos grupos han interpretado danzas tradicionales, en una celebración de la diversidad étnica del país.

No obstante, la conferencia ha estado marcada por la ausencia de los representantes de la minoría étnica rohingya, del estado septentrional de Rajine. La comunidad rohingya está formada por más de un millón de personas, de fe musulmana, que se enfrentan diariamente a la discriminación racial por parte de la mayoría burma, que es budista.

Birmania siempre ha negado la discriminación contra los más de un millón de personas pertenecientes a dicha minoría, que vive en condiciones similares a un régimen de Apartheid, sin que ni siquiera se les reconozca el estatus de ciudadano.

La comunidad internacional ya ha pedido en numerosas ocasiones a Suu Kyi que luche contra los abusos a los que son sometidas diariamente estas personas, consideradas apátridas en su propio país. Este mismo martes, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, hizo un llamamiento a las autoridades birmanas a mejorar las condiciones de vida de los rohingya.

Sin embargo, a pesar de la ausencia de esta minoría étnica, el hecho de que Suu Kyi haya sido capaz de reunir a la inmensa mayoría de los grupos étnicos en la mesa de negociaciones es un gran paso en la dirección correcta, según han declarado numerosos expertos.

Los que sí están participando en la conferencia son los representantes de la Organización Independiente de Kachin (OIK), un importante grupo armado cuya actividad se centra en una región fronteriza con China. Esta última semana, ha tenido lugar un repunte de la violencia en dicha región, situada en el norte del país.

A pesar de que el pasado octubre se negaron a acordar un alto al fuego con el anterior Gobierno, liderado por una junta militar, esta semana, los miembros del OIK se han mostrado dispuestos a participar en el proceso de paz, en parte debido a que China ha manifestado su apoyo a las conversaciones.