El objetivo de la llamada telefónica "era discutir la situación en Ucrania en su contexto global, incluyendo formas para rebajar la tensión de la actual situación".
Estaba previsto que hubiera consultas entre la UE y Rusia "sobre la implementación del Acuerdo de Asociación, así como sobre el suministro de gas, en paralelo a los esfuerzos para estabilizar la situación política y de seguridad".
Sin embargo, "las disposiciones concretas para estas conversaciones se discutirán más adelante mediante los canales diplomáticos adecuados".