Advani, residente en Filadelfia, se ha declarado culpable del delito de contacto sexual abusivo por los hechos, y ha admitido haber tocado bajo la manta a la mujer y haber introducirle una mano en los pantalones.
Todo ocurrió durante un vuelo nocturno entre Hong Kong y Newark, en mayo de 2010, y como ocurrió sobre aguas internacionales y a bordo de un avión estadounidense, de la compañía Continental Airlines, está considerado un delito federal.
Otros dos pasajeros que se percataron de lo que ocurría intentaron detener la agresión sexual. "Los testigos dieron patadas al asiento de la víctima para avisarla de lo que ocurría", relatan los documentos judiciales incluidos en la denuncia. Cuando se despertó, la mujer informó a la tripulación de lo ocurrido.