Tras la celebración de un nuevo juicio en 2014, un tribunal de Mongolia Interior dictaminó que el joven, identificado como Huugjilt, fue condenado erróneamente en 1996.
Según las informaciones recogidas por la agencia china de noticias Xinhua, uno de los funcionarios castigados es Feng Zhiming, quien fue subdirector de la oficina de Seguridad Pública del distrito de Xincheng y quien podría hacer frente a cargos criminales. El resto han recibido castigos administrativos.
China ha emprendido reformas legales, incluyendo la reducción del uso de la pena de muerte, como respuesta al gran descontento público que están despertando casos como este, donde la condena se traduce en un castigo ilícito.