Después de la visita de tres días en Siria, Maurer ha señalado los problemas más graves del país y que afectan, ha dicho, a todos los sirios, independientemente de su signo político.
"El acceso seguro a la asistencia de salud, el restablecimiento del contacto entre familiares separados por el conflicto, diversas cuestiones relacionadas con la detención y la necesidad de que todas las partes cumplan las obligaciones que les impone el derecho internacional humanitario", según Maurer.
Maurer se ha reunido con los ministros de Relaciones Internacionales, Interior, Asuntos para la Reconciliación Nacional, Asuntos Sociales y Salud del Gobierno de Bashar al Assad y con el jefe de Seguridad Nacional.
Además, Maurer ha tenido conversaciones con algunos desplazados y con miembros de la Media Luna Roja Árabe Siria, con la que Cruz Roja trabaja conjuntamente en todo el país.
El CICR cuenta con 285 voluntarios en Damasco, Alepo y Tartús, además de asistir a los sirios desplazados a Jordania, Líbano o Irak desde el inicio de la guerra.