"Tengo un cuchillo en tu cuello, ven conmigo o te mato a ti y a tu familia"

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 09/11/2010 06:16

El testimonio de Elizabeth no ha dejado lugar a dudas. La joven de 23 años, que pasó nueve meses encerrada cuando sólo tenía 14, no ha podido ser más convincente. Ante el juez ha asegurado que Brian David Mitchell "dijo que me estaba secuestrando para pedir recompensa. Estaba pasmada. Creí que era una pesadilla".

"Lo recuerdo a él diciendo que tengo un cuchillo en tu nuca, no hagas ningún ruido, sal de la cama y ven conmigo o te mataré a ti y a tu familia". Después de estas palabras, según su testimonio, Smart se levantó y él la agarró del brazo, la llevó al armario, le pidió que se pusiera unas zapatillas de deporte y se fueron de la casa, dejando a sus padres y hermanos, incluyendo su hermana Mary Katherine, de 9 años, con la que compartía la cama.

Smart asegura que una vez dejaron la casa, estuvieron caminando de tres a cinco horas para llegar a lo alto de una montaña en la que se encontraba la esposa del acusado, Wanda Eileen Barzee, que también está encarcelada.

Al parecer, Wanda la llevó a la tienda, la sentó en un banco y le lavó los pies. Le pidió que se quitara el pijama y la ropa interior y le ordenó ponerse una túnica.

Smart dijo que entonces Mitchell entró a tienda de campaña vistiendo una túnica similar y procedió a realizar una ceremonia tradicional mormona para casarse con ella. "El dijo: lo que yo sello en esta tierra, será sellado a mí y de de ahora en adelante serás mi esposa", dijo Smart, agregando que gritó para defenderse pero que él la amenazó con ponerle cinta en su boca para callarla.

"El empezó a pelear conmigo en el piso y a subirme la tunica y me violó. Yo traté de pararlo. Hice todo lo posible. Le pedía que no me tocara pero nada funcionó", dijo ante el jurado. "Luego se levantó y se marchó de la tienda. Se sentó en el exterior mientras yo me quedaba dentro llorando. Al final me dormí en medio del llanto".

La madre le contrató días antes del secuestro

La madre de Elizabeth, Lois, testificó ante el juez que contrató a Mitchell, entonces conocido solamente como un vagabundo que se hacía llamar "Immanuel", para hacer un trabajo de carpintería en su casa después de que ella y sus hijos lo vieran en la ciudad y uno de ellos se comprometiera a darle dinero.

Los abogados de Mitchell dicen que fue influido por la enfermedad mental que padece y las creencias religiosas extremas que tiene y que lo hacen pensar que él estaba haciendo lo que Dios quería que hiciera.