La Cumbre de Trinidad y Tobago deja un buen sabor de boca en América Latina

AGENCIA EFE 20/04/2009 13:54

Las reacciones al encuentro abarcaron, no obstante, desde la sensación del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, de que constituyó el inicio de una nueva historia de la relación entre ambas partes, al escepticismo del presidente de Perú, Alan García, e incluso a la abierta crítica del ex presidente cubano Fidel Castro, cuyo país fue el gran protagonista ausente de la cita.

Lula reveló hoy en su programa radial semanal que sintió que en Trinidad y Tobago había comenzado una nueva relación entre Estados Unidos y el resto del continente americano y atribuyó esa posibilidad a la llegada de Barack Obama a la presidencia de ese país.

"Si los Estados Unidos lo desean, ellos tienen la posibilidad de abrir un nuevo capítulo en la historia, no de injerencia sino de asociación, de construcción de cosas positivas con los países de América Latina y del Caribe", afirmó.

Además, sostuvo que la Cumbre sirvió para demostrar que las divergencias se resuelven con diálogo y no con ataques.

"Todo el mundo esperaba una pelea entre Obama y (Hugo) Chávez, entre Obama y Evo Morales, entre Obama y Rafael Correa, entre Obama y Daniel Ortega... ¿Y que ocurrió? Que las personas se civilizaron y aprendieron a discutir democráticamente y a convivir con las diferencias", dijo.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, coincidió hoy en que la cumbre "se desarrolló en un clima de mucha armonía, mucha cordialidad", lo que atribuyó al papel de Obama, y afirmó que en ella "se han dado pasos importantes para construir confianza en una nueva época en las relaciones internacionales entre Estados Unidos, América Latina y el Caribe".

Además, celebró que las intervenciones presidenciales durante el encuentro se basaran en planteamientos claros, frontales, profundos y que funcionara el diálogo.

El único pero del mandatario ecuatoriano fue la "tibieza" que vio en la declaración final, ya que "la cumbre con mucho superó y rebasó ese documento".

El presidente dominicano, Leonel Fernández, también expresó su satisfacción por los resultados de la Cumbre y por el encuentro que sostuvo junto a los presidente de Centroamérica con Obama, cita que calificó de "positiva, cordial y amistosa".

En Centroamérica, los editoriales de la prensa de hoy elogiaron el nuevo estilo de Obama hacia la región, como La Prensa Gráfica de El Salvador, para el que se anuncia "una renovada relación entre Estados Unidos y los otros países del hemisferio, y muy especialmente con América Latina".

En Guatemala, el diario Prensa Libre señaló que Obama parece "haber salido bien librado de su debut ante sus colegas del continente" y destacó las promesas que hizo de "una nueva era de cooperación con América Latina".

Sin embargo, el peruano Alan García rebajó el optimismo generado por la cumbre en las relaciones con Estados Unidos, ya que, aunque también alabó la personalidad de Obama y su disposición para escuchar, "los intereses básicos (estadounidenses) siguen primando", en referencia a sus puntos de vista sobre la democracia y el libre comercio.

"No creo que podamos adelantar ni pensar que haya quedado postergada la relación conflictiva, pero por lo menos tenemos unos meses de relación más fluida", indicó el gobernante en una entrevista con el diario El Comercio publicada hoy.

Otro de los escépticos fue el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, para quien, a diferencia de la Cumbre del G20, "donde se lograron cosas concretas muy importantes", en Trinidad y Tobago se discutieron otras "que no tenían mucha importancia".

"Sobre todo nos enfrascamos en una discusión sobre la declaración (final) que no tenía mayor relevancia" y que no logró un consenso, lamentó.

El canciller colombiano, Jaime Bermúdez, también se mostró cauteloso respecto a esa nueva era en las relaciones continentales que anunció el encuentro, ya que, dijo, "las cumbres, como las fiestas de matrimonio, son la primera fiesta, lo importante es qué sigue en el día a día".

Ayer, otros mandatarios manifestaron su satisfacción con la cita, como el presidente venezolano, Hugo Chávez, que opinó que ocurrió "lo que era impensable hace algunos años: que el Gobierno de Estados Unidos" hiciera "un viraje, sentándose de igual a igual" con Latinoamérica y el Caribe.

Chávez destacó que se discutieron "temas que era impensable discutir en otras cumbres" y se atribuyó el éxito de la reunión como un triunfo personal.

"Pareciera que los cambios que comenzaron en Venezuela en la última década del siglo XX han comenzado a llegar a la misma Norteamérica", señaló.

También el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, consideró que la Cumbre de las Américas dejó "pasos positivos" para una nueva etapa de relaciones entre EEUU y América Latina y el Caribe.

Mientas, su homólogo hondureño, Manuel Zelaya, destacó que "se esperaba confrontación y lo que hubo fue análisis" y que tanto América Latina como Estados Unidos salieron de la reunión "con su dignidad en alto".

La mayor crítica contra la reunión de Trinidad y Tobago provino del ex presidente de Cuba Fidel Castro, pese a que en ella el fin del bloqueo estadounidense a la isla y de su exclusión de la Organización de Estados Americanos (OEA) fueron temas principales.

El líder cubano denunció que la cumbre fue "secreta", ya que ni los representados en ella ni los "excomulgados" pudieron conocer lo tratado.

"Nos hicieron concebir a todos las esperanzas de que la reunión no sería secreta, pero los dueños del espectáculo nos privaron de tan interesante ejercicio intelectual", añadió en una nota divulgada por medios oficiales cubanos.

Además, consideró que Obama "fue áspero y evasivo con relación al bloqueo (a Cuba por parte de EEUU) en su entrevista con la prensa".