"Hemos advertido a la comisión, desde que comenzó su trabajo, de que evite caer en trampas y mantenga la verdad y la objetividad, y hemos aportado a la oficina de la Alta Comisionada (de Derechos Humanos de la ONU) hasta 250 documentos y comunicados relativos a las acusaciones a las partes implicadas en la sangría de Siria", ha declarado el representante.
"No obstante, la Comisión ha dejado de lado todo esto y ha persistido en la politización y en las exageraciones", ha añadido Al Hamwi, citado este martes por la agencia estatal SANA.
El representante hizo estas declaraciones ayer lunes en nombre de su país durante su intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en respuesta a los informes presentados el mismo día por el presidente del equipo, Paulo Pinheiro, y el relator especial sobre Derechos Humanos y Desplazados Internos.
El último informe del equipo de investigadores de la ONU, correspondiente al periodo entre el 15 de mayo y el 15 de julio de este año, acusa al régimen sirio de Bashar al Assad de la masacre de civiles, del bombardeo de hospitales y de otros crímenes de guerra y asegura que se han recogido testimonios sobre el uso de armas químicas "predominantemente por parte de las fuerzas del Gobierno". Al respecto, la comisión ha investigado hasta catorce supuestos ataques con armas o agentes químicos en Siria desde que emprendió sus tareas en septiembre de 2011.
GRUPOS REBELDES
Asimismo, el informe denuncia el "recrudecimiento" de los homicidios y de otros abusos por parte de los grupos rebeldes, incluidos los combatientes islamistas extranjeros, en el norte de Siria.
Los investigadores han advertido, en este sentido, de que los rebeldes cuentan con el apoyo tanto de combatientes procedentes de más de diez países --en especial de Afganistán y la república rusa de Chechenia-- como de la red terrorista Al Qaeda a través del Frente al Nusra.
Al respecto de los rebeldes, el representante permanente de Siria ha lamentado que la comisión de la ONU se haya limitado a denunciar los apoyos externos que reciben "los combatientes extremistas" pero no haya tenido "suficiente coraje y honestidad para mencionarlos por su nombre, en primer lugar y antes que nadie Estados Unidos y sus instrumentos en la región, Qatar, Turquía y Arabia Saudí".