Turquía ya detuvo el pasado 17 de marzo a una joven británica de 21 años por intentar viajar a Siria para, supuestamente, unirse a los milicianos suníes del Estado Islámico.
En febrero, tres adolescentes británicas de entre 15 y 17 años, consiguieron su objetivo. Huyeron de Londres y se adentraron en territorio sirio por la frontera turca, al parecer, para engrosar las filas de este grupo terrorista.
Los países occidentales están cada vez más preocupados por el creciente número de nacionales que se convierten en combatientes extranjeros del Estado Islámico. Turquía ha reclamado más información de Inteligencia para asegurar su frontera.