Earl Forrest, condenado a muerte en 2004, ha sido ejecutado en la prisión estatal de Bonne Terre con una inyección letal, en el primer ajusticiamiento en el estado en lo que va de 2016.
Forrest fue sentenciado por los asesinatos de Harriet Smith, Michael Wells y la policía del condado de Dent JoAnn Barnes, quien murió en un tiroteo después de los dos primeros asesinatos. En el mismo, Forrest hirió de bala a su entonces pareja sentimental y a un segundo agente.
El condenado, que presentó una apelación de última hora ante el Tribunal Supremo para pedir que no se le aplicara la pena de muerte, se ha convertido en la decimocuarta persona en ser ejecutada este año en Estados Unidos.