Según una investigación del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, de los 15 millones de armas que se calcula que hay en el país, 13 se han obtenido de manera ilícita. Entre ellas, destaca armamento de carácter bélico como cohetes, lanzacohetes, lanzagranadas, fusiles Barret y granadas de fragmentación.
Además, se han encontrado armas de nueva generación, como la subametralladora y la pistola FN Herstal, capaces de perforar blindajes, lo que da una idea del carácter violento de algunas de las organizaciones criminales instaladas en el país.
El estudio advierte de que dos de cada tres armas involucradas en hechos delictivos han sido fabricadas legalmente en Estados Unidos y de que el 40 por ciento de las que se han incautado a cárteles proceden de Texas. De hecho, más de un 10 ciento de las armerías estadounidenses están instaladas en la frontera con México.
La facilidad para adquirir armamento en Estados Unidos es una de las razones del alto grado de violencia que se da en México, según el investigador José de Jesús González Rodríguez, que asegura que "los cárteles mexicanos pueden adquirir fácilmente armas de fuego (en Estados Unidos) a través de testaferros o en las llamadas ferias de armas".
"En México es casi imposible comprar legalmente un arma, pero en los estados fronterizos de Estados Unidos hay más de 8.000 comerciantes de armas", ha destacado González Rodríguez, en declaraciones recogidas por el diario local 'Milenio'.
Los estados mexicanos que atesoran mayores porcentajes de delitos cometidos por armas de fuego son Estado de México, Chihuahua, Guerrero, Morelos, Nuevo León, Sinaloa y la propia capital del país, México DF, donde se alanzan cifras que superan el 70 por ciento, frente al 50,2 por ciento de la media nacional.