El primer ministro, Nawaz Sharif, y el presidente, Mamnoon Hussein, han condenado el atentado, en el que, según las autoridades, se han utilizado entre 80 y cien kilogramos de explosivos, tal y como ha recogido el diario paquistaní 'Dawn'.
El ataque ha sido igualmente condenado por el principal partido chií, Majlis-e-Wahadat-e-Muslimeen (MWM), y el Partido Democrático Hazara. Las organizaciones chiíes del país han anunciado tres días de luto.
Los ataques sectarios han experimentado un repunte en Pakistán, un país de 180 millones de personas en el que el 20 por ciento de la población es chií. Según Human Rights Watch, más de 400 chiíes fueron asesinados en 2013, con Baluchistán, en el oeste, como la provincia más violenta del país.
Grupos milicianos como Lashkar-e-Jhangvi alegan que combaten en defensa de una teocracia suní y amenazan con aniquilar a los chiíes que no abandonen Pakistán.