En el primer incidente, al menos 16 personas, entre ellas varios agentes de Policía, han muerto y otras 38 han resultado heridas tras la explosión de un coche bomba frente a una comisaría de la localidad de Shirkat, ubicada en los alrededores de Tikrit.
Poco después, otras 16 personas han muerto y otras 32 han resultado heridas en un atentado suicida con coche bomba contra un centro de reclutamiento de la Policía en Tikrit. Por el momento ningún grupo ha reclamado la autoría de los ataques.
Durante la jornada han sido asesinados cuatro agentes de Policía en un tiroteo en Mosul y dos soldados tras un ataque con granadas contra un puesto de control militar en la capital, Bagdad. Asimismo, han muerto dos paramilitares por la explosión de una mina en Kirkuk, ciudad en la que también han resultado heridas siete personas por la explosión de una bomba al paso de una patrulla.
Al Maliki advirtió a finales de octubre de que su país se enfrenta "a una guerra genocida" e hizo un llamamiento en favor de la celebración de una conferencia internacional para hacer frente al terrorismo en Irak.
Más de 6.000 personas han muerto en Irak a causa de la violencia en lo que va de año, mientras los grupos islamistas suníes y otros movimientos insurgentes van ganando terreno en su lucha contra el Gobierno de Bagdad, dominado por miembros de la confesión chií.
Una de las principales preocupaciones derivadas del conflicto en Siria para Bagdad es la presencia en el país del Frente al Nusra, una organización vinculada con Al Qaeda que ya ha sido incluida por Estados Unidos en su lista de organizaciones terroristas, y del Estado Islámico de Irak y el Levante, surgido tras la unificación del Estado Islámico de Irak --la rama de Al Qaeda en el país-- y varias milicias salafistas sirias.
En febrero, el Estado Islámico de Irak llamó a levantarse en armas contra el Gobierno de Al Maliki a la población suní de Anbar --la provincia más grande del país y con fronteras con Jordania, Siria y Arabia Saudí-- y, por extensión, del resto del país.