Un activista presente en Yarmouk ha explicado que las entradas del distrito han sido bloqueadas por carros de combate y soldados. Cientos de militares han registrado la zona a pie y en camiones equipados con ametralladoras.
"Estamos aquí atrapados. Solo pueden salir los niños y los hombres y mujeres mayores. Los hombres jóvenes, que podrían ser rebeldes o activistas, e incluso las mujeres jóvenes, que también podrían ser activistas, están atrapados dentro", ha declarado a la agencia Reuters un activista llamado Abu Salam a través de Skype.
"Estamos escondidos en nuestras casas. Me da miedo salir, así que estoy aquí sentado, esperando a ver si llegan hasta mi calle, si me detienen o me matan de un disparo", ha añadido.
Yarmouk, un distrito pobre y muy poblado, es, oficiosamente, un campo de refugiados palestinos. Durante este verano, muchos distritos del sur de Damasco se convirtieron en campos de batalla entre las fuerzas leales al presidente Bashar al Assad y los rebeldes que quieren derrocarlo.
La televisión estatal ha indicado que cien personas han sido arrestadas en Yarmouk y que las fuerzas gubernamentales están registrando "guaridas de terroristas" en otro distrito vecino donde han matado a varias personas que estaban escondidas.
VÍCTIMAS MORTALES
El activista Abu Salam ha señalado que en Yarmouk los soldados han matado a tiros al menos a tres personas --dos hombres y una mujer joven-- a las que vieron salir corriendo de un parque este jueves por la mañana. Además, ha añadido que cinco rebeldes que estaban ocultos en la zona fueron ejecutados.
Un vecino que recorrió Yarmouk el miércoles ha afirmado que los combatientes sublevados, que han sido expulsados de muchos distritos cercanos, entraron en una zona meridional del distrito y sufrieron los bombardeos del Ejército durante la noche.
Activistas y testigos han contado a Reuters que muchas partes de los distritos de las afueras del sur de Damasco, donde los insurgentes han estado intentando mantenerse, han quedado reducidos a escombros.
Edificios enteros se han derrumbado y en el aire se nota el olor de los cadáveres que se descomponen en las calles. "Nos da miedo ir a recogerlos porque las fuerzas de seguridad están ahí y nos preguntarán por qué vamos a recuperarlos", ha dicho Abu Salam.