HRW pide investigar la muerte de tres palestinos por posible "uso letal ilegal de la fuerza" por Israel

EUROPA PRESS 02/09/2013 11:22

El 26 de agosto, soldados israelíes entraron en el campamento para detener a Yusuf al Jatib por "actividades terroristas" no especificadas lo que generó disturbios en los que, además de los tres fallecidos, hubo 19 heridos, incluido el objetivo de la operación, según HRW.

Los residentes respondieron al arresto "lanzando piedras contra los soldados israelíes, que inicialmente replicaron disparando gases lacrimógenos y balas de goma", de acuerdo con la organización internacional, que precisa que la situación degeneró y entonces un mayor número de residentes comenzó a lanzar también "cócteles molotov y otros objetos".

Llegados a este punto, las fuerzas israelíes emplearon "munición real a la espera de refuerzos", de acuerdo con testigos. En varios casos, según el comunicado de HRW, los soldados dispararon contra palestinos que no estaban lanzando piedras en circunstancias que indican que "usaron intencionadamente fuerza letal que no era necesaria para proteger la vida, violando los estándares internacionales".

"Las fuerzas israelíes se enfrentaron al lanzamiento de piedras y al caos durante la redada en Qalandia, pero eso no justifica el disparar a palestinos que no planteaban una amenaza", ha defendido el director en funciones para Oriente Próximo de HRW, Joe Stork.

"Los resultados son vidas destrozadas, miembros destrozados y familias destrozadas, y una necesidad de investigaciones penales", ha añadido. Según HRW, los soldados israelíes que dispararon ilegalmente contra personas deberían ser juzgados.

En virtud de los estándares internacionales, Israel también debería garantizar a las víctimas y sus familias un proceso judicial independiente para buscar una compensación.

EL DETENIDO, GOLPEADO

Por otra parte, HRW ha denunciado que las fuerzas israelíes "presuntamente golpearon al objetivo del arresto duramente, rompiéndole la nariz y los dientes, y agredieron a un familiar sin justificación".

HRW ha examinado el lugar donde se produjeron las tres muertes y ha hablado con 16 residentes de campamento, que aseguran haber sido testigos de lo ocurrido, incluidos cinco que recibieron disparos, y ha comparado su información con la recabada por grupos de defensa de los Derechos Humanos tanto israelíes como palestinos así como internacionales.

En virtud de la información aportada a HRW por el personal del hospital de Ramala, cinco de los 18 heridos por disparos durante los disturbios eran menores de 18 años y doce de los 18 heridos tuvieron que ser sometidos a intervenciones quirúrgicas.

En un comunicado emitido el mismo día de la incursión, el Ejército israelí afirmó que su investigación preliminar de los hechos indicaba que los soldados actuaron "de acuerdo con las órdenes y de forma contenida y proporcionada" y que usaron munición real como autodefensa porque se sintieron amenazados por la multitud. Asimismo, indicó que había habido disparos en su contra.

Sin embargo, según HRW, todos los testigos con los que ha hablado niegan que ningún palestino empleara munición real o aseguran que no saben si esto ocurrió. Por ello, la organización pide a Israel que "haga pública cualquier prueba de uso de munición real por los palestinos y aclare las circunstancias que garantizaron el uso de fuerza letal".