Los implicados en el asesinato de Hariri planificaron una red de móviles para perpetrar el ataque

EUROPA PRESS 17/08/2011 15:16

El Tribunal Especial para Líbano ha informado este miércoles de que los cuatro miembros del partido-milicia Hezbolá implicados en el asesinato del exprimer ministro libanés Rafik al Hariri están relacionados con el ataque según se desprende de unas grabaciones telefónicas conseguidas en seis años de investigación del asesinato.

El tribunal ordenó la detención de estas cuatro personas en junio para que fueran juzgados, pero no explicó los detalles por los que estas personas estaban implicadas. Las autoridades del país no han efectuado los arrestos y Hezbolá asegura que jamás serán detenidos.

Los sospechosos son Mustafa Amine Badreddine, una figura muy importante de la organización y cuñado del excomandante asesinado Imad Moughniyé, Salim Jamil Ayyash, Husein Hasan Oneisi y Asad Hasan Sabra.

"Los cuatro acusados participaron en una conspiración con otras personas para cometer un acto terrorista para asesinar a Rafik Hariri", señaló el escrito de acusación del tribunal publicado este miércoles. Hezbolá niega cualquier implicación en el atentado de febrero de 2005 que acabó con la vida de Hariri y de otras 21 personas.

El escrito de acusación señala que Badreddine fue el director de la operación en su conjunto mientras que Ayash coordinó al equipo encargado del asesinato. Oneisi y Sabra prepararon una falsa reivindicación por la autoría del atentado.

Las grabaciones demostraron "la presencia de varios teléfonos móviles conectados que estuvieron implicados en el asesinato de Hariri". Hasta cinco redes estuvieron interconectadas, dos de ellas servían de cobertura para llamar a los diferentes actores del comando para identificarlos por colores.

La red se puso operativa "el 4 de enero de 2005, hasta que cesó todas sus actividades dos minutos antes del ataque del 14 de febrero de 2005", comenta el escrito. El lugar en el que estaban esos móviles demuestra que el operativo vigiló a Hariri los últimos quince días antes de su asesinato. Las últimas 33 llamadas se realizaron desde teléfonos presentes en las zonas próximas a las que estuvo el exprimer ministro durante las dos horas previas a su fallecimiento.

"El caso contra los acusados se sustenta en pruebas circunstanciales", explica el documento, pero señala que estas pruebas "son a veces más fiables que las pruebas directas, que pueden verse alteradas" por las contradicciones de los testigos o por un fallo en sus declaraciones.

El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, declaró el pasado año que este caso no se podría sustentar en las llamadas de teléfono, ya que Israel ya se había introducido en sus redes de telecomunicaciones y podría haber falsificado conversaciones para implicar al grupo.

El asesinato del exprimer ministro provocó una crisis política que llevó a una serie de enfrentamientos en mayo de 2008. En enero, Hezbolá provocó la caída de la coalición de Gobierno debido a que el hijo de Hariri, Saad Hariri, el entonces primer ministro, se resistió a criticar las decisiones del Tribunal Especial.