Es la batalla de los últimos veranos en Portugal. El fuego vuelve a aparecer en los bosques que se salvaron de la catástrofe años atrás. Hasta quince incendios consumen el noreste del país. Nueve de ellos sin control.
Hay más de 600 bomberos que tratan de sofocar las llamas. España ha mandado operativos y medios para ayudar en las tareas de extinción al país vecino
Mantos verdes y pueblos enteros están amenazados por los incendios.
Uno de los focos se sitúa cerca de la provincia de Salamanca, muy cercana al distrito portugués de Guarda, el más afectado por el fuego y el que más medios moviliza.
Allí dos hidroaviones españoles trabajan en la extinción de al menos tres incendios que continúan activos.
A la espera inevitable de que las llamas lleguen a las casas y de que se cuantifiquen los destrozos, las autoridades hacen recuento global. De enero a agosto han ardido más de 24 mil hectáreas forestales, siete mil más que durante todo el año pasado.
EB