Assange, según su abogado, “está agradecido al pueblo de Ecuador y especialmente al presidente Correa por haberle concedido el asilo”. Considera que, al dársele este asilo, Ecuador, "de forma independiente y soberana", reconoce que existe una persecución. Assange reivindica ese derecho de asilo "que no puede concluir de otra forma que con la concesión de ese salvoconducto".
Garzón ha asegurado que su cliente “nunca ha rehuido contestar a las autoridades suecas” e, incluso, ha solicitado prestar declaración, pero con las garantías que cualquier ciudadano tiene.
Assange, señala Garzón, ha dado instrucciones a su equipo legal para que inicien las acciones legales que consideren necesarias para reclamar "sus derechos y los de Wikileaks, que están siendo violentados tanto en los aspectos legales como en los financieros".