Estados Unidos y Rusia, copresidentes del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (ISSG, por sus siglas en inglés), han revelado este lunes un borrador en el que se plantea un alto el fuego a partir del 27 de diciembre, así como el cese de los ataques aéreos contra objetivos opositores.
Kerry confía en que todas las partes "acepten" y "cumplan" los términos del acuerdo y ha destacado que, si se aplica el texto, no sólo permitiría una reducción de la violencia, sino el reparto de ayuda humanitaria y el avance de la "transición política".
"Es un momento de promesas, pero el cumplimiento de estas promesas depende de las acciones. Todas las partes deben respetar sus compromisos, garantizar la plena implantación de las resoluciones del Consejo de Seguridad e interrumpir los ataques, también los aéreos", ha recalcado Kerry en su comunicado.
No obstante, el jefe de la diplomacia norteamericana ha asumido que quedan por delante "retos significativos" y ha prometido que Estados Unidos estará "vigilante". El objetivo, a su juicio, está claro: "Una transición política negociada (...) que aúne a todos los sirios que rechazan la dictadura y el terrorismo y que quieran construir un nuevo futuro para su país".