Los ataques, atribuidos a Estado Islámico, comenzaron cerca de la ciudad de Al Bagdadi, a unos 190 kilómetros al noroeste de Bagdad, cuando un terrorista suicida estampó su coche, cargado de explosivos, contra un convoy militar que se dirigía a la base aérea de Ain al Asad.
En el ataque fueron destruidos tres vehículos militares. Fallecieron nueve soldados y otros 16 resultaron heridos.
Una segunda explosión, esta vez en Ramadi, la capital de Anbar, ha causado la muerte de seis soldados. El suceso ha tenido lugar durante una operación de búsqueda en un edificio del barrio de Sufiya, recientemente despejado de la presencia de Estado Islámico.
Allí ha estallado una bomba que los terroristas habían colocado antes de huir de la ciudad. Otros cinco militares han resultado heridos, según fuentes oficiales a la agencia de noticias china Xinhua.