El pasado 11 de agosto, Angelo di Carlo sufrió quemaduras en el 85 por ciento de su cuerpo antes de que la Policía que se encontraba en las proximidades del Congreso de los Diputados lograra apagar fuego con extintores. Posteriormente fue trasladado al hospital, de acuerdo con los medios italianos.
Di Carlo era viudo y atravesaba un periodo de dificultades económicas después de perder su trabajo. Según los medios, durante años enlazó contratos de trabajo temporales, con poca protección ni beneficios.
La muerte de Di Carlo se suma a la reciente ola de suicidios publicitados relacionados con problemas económicos que han puesto de relieve el coste humano de la crisis en el país.