Esta nueva ronda de conversaciones se realizará en la ciudad austriaca de Viena y se prolongará durante dos días después de que las reuniones técnicas preliminares de expertos concluyan formalmente este sábado.
"Sabemos cuáles son los agujeros que han de ser superados", ha manifestado este viernes un funcionario estadounidense, en declaraciones recogidas por CNN. Este dirigente ha recalcado que Washington permanece vigilante acerca de las motivaciones últimas de Irán.
Las preocupaciones de los negociadores se centran ahora sobre un posible acuerdo de intercambio entre Rusia e Irán de petróleo por productos que, en base al acuerdo rubricado en noviembre, violaría las restricciones impuestas y podría hacer descarrilar las conversaciones.
Según el funcionario estadounidense, de momento, apenas han tenido impacto en el diálogo, pero Estados Unidos habría trasladado a todas las partes que una infracción de los términos del acuerdo preliminar podría revertir en nuevas sanciones económicas sobre las autoridades iraníes.
En virtud de dicho pacto, Irán ha visto cómo algunas de las sanciones han sido relajadas, suponiendo un balón de oxígeno para la economía, ahogada por las restricciones impuestas desde hace más de una década por las sospechas sobre los fines militares que tendría supuestamente el programa nuclear de Irán.
Para las conversaciones de la semana que viene, serán cruciales las piscinas de agua del reactor nuclear de Arak, destinado a la producción de plutonio, fundamental para la fabricación de una bomba nuclear en ausencia de uranio enriquecido.