La ONU condena el asesinato de dos cooperantes e insta a todas las partes a proteger a los civiles

EUROPA PRESS 12/09/2013 10:57

"Expreso mis más profundas condolencias a los familares y amigos de las víctimas, y a todos sus compañeros de cooperación humanitaria, que de forma incansable, proveen de asistencia y protección a los más necesitados en República Centroafricana", ha asegurado la coordinadora humanitaria de la ONU en el país, Kaarina Immonen. "Es sorprendente que los objetivos hayan sido cooperantes, estos asesinatos deben ser fuertemente condenados", ha añadido.

Immonen ha instado a las autoridades y a todas las partes en conflicto que se "aseguren de la protección de los civiles y del respeto por el Derecho Internacional Humanitario y de Derechos Humanos, así como de su personal y de sus instalaciones humanitarias".

Los dos cooperantes, trabajadores de la Agencia de Cooperación Técnica y de Desarrollo estaban en Bossangoa, a 300 kilómetros al norte de la capital, cuando fueron alcanzados durante los enfrentamientos del fin de semana.

República Centroafricana se encuentra inmersa, después de varias décadas, en una situación de inestabilidad y conflicto político. La violencia ha aumentado recientemente, tras el inicio de los ataques el pasado mes de diciembre de la coalición rebelde Séléka. A pesar de haber firmado un acuerdo de paz en enero, los rebeldes volvieron a tomar la capital, Bangui, el pasado mes de marzo, y obligaron al presidente, François Bozizé, a huir del país.

Los recientes enfrentamientos han erosionado los sevicios más básicos del país, y han empeorado la dura situación humanitaria, que afecta ya a toda la población --4,6 millones de personas, de los que la mitad, son niños--. Actualmente, 1,6 millones de personas se enfrentan a necesidades urgentes de asistencia, entre las que se encuentran las necesidades de comida, protección, sanidad, agua, saneamiento y vivienda.

Asimismo, la ausencia de un Estado de Derecho ha agravado la situación, ya que las constantes violaciones de los Derechos Humanos y los deplorables ataques contra el personal humanitario y sus instalaciones han evitado que mucha ayuda humanitaria entrara al país, y por tanto, alcanzara a la gente más necesitada.